Alumnos de Octavo se despiden, agradeciendo las experiencias e instando a sus compañeros a continuar en el camino de la solidaridad, el autocuidado y el ser buenos ciudadanos.
Las Licenciaturas en el colegio siempre son una ceremonia llena de detalles, la de Octavo es aún más significativa, pues es muy bonito ver como quienes llegaron hace 8 años al colegio, deben caminar hacia la enseñanza media, pero, también es muy nostálgico para nosotras/os, ver como nuestros estudiantes parten hacia otros establecimientos educativos, les percibimos tan niños aún.
De parte de su profesor Camilo Cárdenas Quinteros reciben el cariño, la gratitud y el reconocimiento de ser un gran curso, pues han aprendido a formar equipos, a respetar sus diferencias y a escucharse, también reconoce en ellos las habilidades desarrolladas por cada uno como ser humano.
Para los alumnos el repaso de quienes estuvieron en su formación es muy relevante, pues en ellas/os han observado el orden, la habituación y las formas de enseñanza y aprendizaje que ellos llevarán impresas en su corazón y en sus maneras de desenvolverse en las próximas instituciones colegiales.
Para los/as apoderados/as el recuerdo del primer día donde llegaron tan pequeñitos parece ayer... El paso raudo del tiempo en estos ocho años, deja en su memoria el agradecimiento a cada persona que estuvo atenta a formar y educar a sus hijos, les queda aún un largo camino por recorrer.
Como educadoras/es esperamos: sean ciudadanos de bien, no olviden que la unión hace la fuerza, que se llevan también un trozo del corazón de las/los componentes de este espacio educativo.
Sabemos que donde vayan cada desafío que les toque, lo enfrentarán con valentía, también que Dios caminará con ustedes si se lo piden. Un abrazo a cada uno, con Jesús y María siempre.