De acuerdo a las bases curriculares y lo que pretende el Ministerio de Educación, los niños deben disfrutar de distintas muestras culturales, ya sean obras de teatro, conciertos, entre otras, es por eso que nuestro establecimiento está en constante preocupación de acercar este tipo de espectáculos a los estudiantes.

La idea es que descubran el gusto por la lectura a través del teatro para que sean grandes lectores, de mente amplia y críticos de las certezas de la vida, tal como mencionó en algún momento el  Proverbio hindú “Un libro abierto es un cerebro que habla; cerrado un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruido, un corazón que llora”. Nunca es bueno hacer esperar a un amigo, siempre un libro es una buena compañía que muchas veces guarda respuesta a nuestras inquietudes y más a las de un niño que desconoce tanto de la vida y tiene la curiosidad a flor de piel.

Un libro olvidado es el mejor regalo para quienes aman la lectura, más aun para quienes adoran soñar, pero sobre todo leer un libro es darle vida a personajes inertes que enriquecen nuestra imaginación, que hacen florecer las ideas de un niño, que alimentan las ansias de saber y sobre todo que construyen unión entre los padres que leen y los hijos que escuchan, no hay que olvidar que somos los padres quienes damos tiempo a una lectura para nuestros hijos, pero mañana serán nuestros hijos quienes se harán el tiempo para leernos uno a nosotros.